La construcción de tu vida
En el año 2,150 A.C. en el imperio Babilónico, el hecho de saber construir una casa era ya fundamental, todo era regido por el código de Hammurabi, cuya ley numero 229 declaraba: Si un constructor construye una casa y no lo hace con buena resistencia y la casa se derrumba y mata a los ocupantes, el constructor debe ser ejecutado inmediatamente.
Parecía muy drástica y mortal dicha ley, pero para los gobernantes ésta ayudaba a controlar los accidentes y tener mejores construcciones, de calidad y resistentes a cualquier tipo de clima y desastres naturales.
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. S. Mateo 24-25
Jesús al venir a la tierra y vivir en medio de los hombres de su época, comprendió lo indispensable que era el tener una buena casa para la protección de la familia y sabía que toda buena construcción dependía del fundamento o cimiento.
Pero él iba más allá, usando el ejemplo de la construcción para hablar del corazón del ser humano y la vida, comparando la casa que se construye sobre la roca con la que se construye sobre la arena. Las dos casas fueron probadas por las mismas tempestades, pero los resultados fueron notablemente diferentes: una resistió y la otra cayó.
A diario podemos encontrarnos con personas cuyas vidas están fundamentadas en cosas vanas y pasajeras, las cuales les produce una falsa paz y tranquilidad, que se desvanece casi inmediatamente. Pero también hay personas que aseguran su vida sobre lo eterno y verdadero, eso les produce una paz y tranquilidad permanente.
¿Cuál ha sido el fundamento en tu vida? ¿Has construido sabiamente?
Si ha sido todo lo contrario y tu vida a caído a causa de las tempestades, hoy puedes acercarte a Dios y asegurar tu vida sobre un fundamento seguro y eterno.